El intestino humano alberga trillones de bacterias comensales (microbiota intestinal) agrupadas en unas 800 especies diferentes. Una microbiota ‘sana’ contribuye a la salud celular epitelial, el metabolismo de los nutrientes y su descomposición, y la defensa indirecta de la mucosa frente a bacterias patógenas. La microbiota intestinal fermenta polisacáridos no digeribles para producir ácidos grasos de cadena corta: acetato, propionato y butirato. El butirato o ácido butírico es el ácido graso de cadena corta mas dinámico e importante para la salud intestinal. Además de servir como la fuente principal de combustible para los colonocitos, el butirato mantiene la estabilidad intestinal, modula la inflamación y la función inmune. Sin butirato, el tejido intestinal es vulnerable a la apoptosis, inflamación, atrofia de la mucosa y patología colónica.